Nuestra historia
Debido a su estratégica situación geográfica, han sido numerosas las civilizaciones que se han asentado en la zona de la desembocadura del Guadalquivir desde las primeras civilizaciones. Su emplazamiento en una zona de tráfico costero marítimo originaba gran actividad comercial facilitándo la llegada de fenicios, griegos, cartagineses y romanos.
Los hallazgos de restos arqueológicos romanos se encuentran diseminados por todo su término, destacando la zona de Las Canteras, y los pagos de El Olivar, El Paraqué, Montijo y La Loma Alta, lo que nos hacen pensar en la importancia de la zona en la época, favorecida por su situación en la costa y su cercanía a la desembocacura del rio Guadalquivir, facilitando el auge del comercio de productos agrícolas, (vid, olivo y cereales), los metales o las salazones.
A la época romana corresponde la torre-faro construida bajo las órdenes del cónsul Quinto Servilius Caepion (140 a. C), conocida por los autores clásicos como «Caepionis Turris», de donde procede y deriva el nombre de Chipiona.
En el siglo V la zona cae en poder de los Godos, pierde su importancia y se convierte en una ciudad de paso.
A partir del año 711, con la conquista musulmana, llega una etapa de la que han trascendido pocas noticias, por lo que no se puede afirmar que existiese Chipiona como pueblo. Sin embargo, se tiene noticia de que existió una mezquita, probablemente en el lugar en el que hoy está la Parroquia de Ntra. Sra. de la O, y una construcción defensiva donde se situa actualmente el Castillo.
En 1251 fue conquistada por Fernando III, “El Santo”, y en 1295 el Rey Sancho IV prometió la zona entre los ríos Guadalquivir y Guadalete a Alonso Pérez de Guzmán «El Bueno», en las que se incluían Sanlúcar, Chipiona, Rota y Trebujena. Sin embargo, sería su hijo, Fernando IV quien haría efectiva la cesión de estas tierras en 1297.
En 1303, Isabel Pérez de Guzmán, hija de Alonso, recibe en dote las localidades actuales de Rota y Chipiona, por su matrimonio con Hernán Ponce de León, convirtiéndose en los fundadores de la Casa de Arcos.
En 1469, Don Rodrigo Ponce de León séptimo Señor de Marchena, tercer Conde de Arcos, Marqués y Duque de Cádiz, hereda la villa de Chipiona, ya independiente de Rota. El 7 de julio de 1477, otorga a sus habitantes la Carta Puebla, especie de contrato agrario colectivo que regulaba el uso de las tierras cultivables y el de los bienes del común. Con la Carta Puebla se pretendió repoblar la zona, otorgando exenciones fiscales y privilegios, además de tierras y solares para viviendas. El lugar recibió el nombre de Regla de Santa María.
En 1471 se inició un conflicto en Andalucía, que da lugar en 1474 a una guerra civil por el trono. Dos bandos: la Casa de Medina Sidonia y la Casa de Arcos y señores de Chipiona, que se disputaban el reino de Sevilla (provincias actuales de Huelva, Sevilla y Cádiz). En 1477 los Reyes Isabel y Fernando visitan esta zona y consiguen la sumisión de D. Rodrigo Ponce de León (Casa de Arcos). Destaca la escala que hacen los Reyes Católicos en el antiguo convento de Regla.
El Descubrimiento de América (1492) trajo consigo un espectacular crecimiento en el comercio. Chipiona se benefició de nuevo de su situación, ya que debido al monopolio de Sevilla con las nuevas tierras conquistadas, la Flota de Indias se veía obligada a remontar el Guadalquivir desde Sanlúcar, lo que provocó una prosperidad indirecta de toda la zona.
Entre el 23 de agosto y el 30 de noviembre de 1702, dentro del contexto de la Guerra de Sucesión, se produjo el desembarco de la flota Anglo-Holandesa entre Rota y El Puerto de Santa María, el lugar donde estuvieron anclados fue frente a las costas de Chipiona. Al terminar la guerra, los Borbones anulan los poderes de las casas nobles, y de este modo cesan en Chipiona los Ponce de León.
El 1 de noviembre de 1755 el maremoto provocado por el terremoto de Lisboa pone en grave peligro las costas del municipio, ocasionando numerosos destrozos en edificios y corrales de pesca. Según la tradicición el municipio se salva gracias a la intervención milagrosa del Cristo de las Misericordias.
Se puede considerar al siglo XIX como una de las épocas más prósperas de la localidad, en la que prestan sus servicios tres personajes de indiscutible importancia: D. Jaime Font, el Padre Lerchundi y el Doctor Tolosa Latotur:
– En 1863 se comienza a construir el faro, diseñado por el ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, D. Jaime Font, finalizándose cuatro años más tarde (1867). Se trata del faro más alto de España, toda una obra de ingeniería de primer nivel cuya finalidad era indicar la entrada del Río Guadalquivir.
– En 1882 desembarcaron en las costas chipioneras los franciscanos, de la mano del Padre Lerchundi, quien fundó en Chipiona una escuela de misioneros para el norte de África y Tierra Santa. Los franciscanos serían además los artífices de la construcción del Santuario tal y como lo conocemos actualmente (1904-1906).
– El 12 de octubre de 1892, con motivo de la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América se colocó la primera piedra del primer Hospital Marítimo de España, el Sanatorio de Santa Clara. El artífice del proyecto fue el Doctor Tolosa Latour, médico, catedrático en Pediatría y escritor, que dedicó su vida al fomento de la medicina infantil. Sus esfuerzos en pro de los derechos del niño consiguieron la promulgación de una Ley para la defensa del menor en 1904: «Ley Tolosa». En una época poco salubre, se preocupó por el estudio de la Talasoterapia y la Helioterapia y los beneficios que aportaban en el organismo humano. Conocía el éxito que instituciones que se dedicaban a la curación mediante los efectos beneficiosos del mar y del sol habían tenido en Francia e Italia, y alentado por ello se decidió a poner en funcionamiento en España un centro de características similares, para lo que elige las playas de Chipiona. Entre los motivos para elegir nuestras playas estaban el suave oleaje, la temperatura suave de sus aguas, ricas en minerales y yodo. Las playas de Chipiona son extensas, de arena blanca y fina y suaves pendientes, imperando el viento del oeste que viene directamente del océano. Para su proyecto el doctor cuenta con la ayuda del Padre Lerchundi, que llega a reunirse con la reina regente Mª Cristina, a quien propone patrocinar un hospital para niños basado en la talasoterapia. El ingreso de estos niños propicia que diversas familias aristocráticas se establezcan en Chipiona, edificando diversos chalets en la localidad, algunos diseñados por el prestigioso arquitecto Aníbal González.
Es entonces cuando se produce el germen del nacimiento del turismo en Chipiona, teniendo como referente a la playa de Regla, empezándose ésta a promocionar a finales del S. XIX y principios del XX. En esta epoca el Ayuntamiento de la localidad concedía gratuitamente los terrenos colindantes, formados por grandes arenales, a personalidades relevantes de la sociedad como artistas, militares, grandes comerciantes, etc. a cambio de construir chalets y viviendas en lo que hoy conocemos como Paseo Marítimo Costa de la Luz.
Chipiona se convirtió así en un importante enclave turístico para las clases adineradas, teniendo su antecedente más notable en los duques de Montpensier, que hicieron de Chipiona una localidad de veraneo y balneario para la aristocracia.
Ya en el siglo XX, permanecieron alojados en el Castillo durante más de cinco años D. Carlos de Borbón y Dña. Luisa de Orleáns. Mª de las Mercedes de Borbón también habla en sus memorias de sus estancias en Chipiona.
En la década de los 60 se produce un intenso crecimiento del turismo en la costa española, favorecido por factores como el incremento del poder adquisitivo de la clase media o las vacaciones anuales pagadas. El boom turístico en Chipiona se ve favorecido por las conexiones con la capital andaluza y la del acceso a la compra del automóvil. Numerosas familias procedentes de Sevilla pasaban las vacaciones en nuestra localidad, extendiéndose éstas desde el mes de junio hasta el de septiembre.
Chipiona se convierte así en una localidad con un alto porcentaje de viviendas de segunda residencia, en la que el turismo se concentra en los meses de verano. Actualmente, se está rompiendo con esta tendencia mostrando al turista la riqueza monumental y paisajistica del municipio que puede disfrutarse a lo largo de todo el año.