El principal atractivo de Chipiona son sus playas, de blanca y fina arena. Sus aguas ejercen una función beneficiosa para el organismo por su alto contenido en yodo y minerales, y además, son ideales para la práctica de la pesca y deportes náuticos.
El término municipal de Chipiona cuenta con una línea litoral de 12.600 metros de longitud, donde se distinguen con absoluta claridad sus distintas playas, diferenciadas por sus condiciones ambientales, entorno, ubicación y acceso, teniendo un indudable interés turístico.
Las aguas de Chipiona son agraciadas por un alto índice de yodo que les otorga unas facultades curativas conocidas desde hace más de cien años.
A finales del siglo XIX distintos médicos especialistas, entre ellos el Doctor Tolosa Latour, realizaron un estudio de las playas españolas con el fin de establecer los primeros sanatorios de España.
La playa de Regla de Chipiona fue preferida y destacada por la calidad de sus aguas y de su aire respecto a su orientación en relación a los vientos, instalándose allí el Primer Sanatorio Marítimo de España.
Orden de playas de norte a sur
Montijo - Niño de Oro
Cruz del Mar - Las Canteras
Regla
Camarón - La Laguna
Las Tres Piedras - La Ballena
Playa de Montijo - Niño de Oro
Playa Cruz del Mar - Canteras
Playa de Regla
Playa Camarón - La Laguna
Playa Las Tres Piedras - La Ballena
Un mar de salud
Las algas tienen un alto contenido de carbohidratos, proteínas y vitaminas – especialmente minerales – (hasta un 30% por volumen). Comparados con los productos lácteos, las algas proveen hasta un 10% más de hierro y calcio. En las civilizaciones orientales tradicionalmente se ha reconocido la importancia de las algas como alimento para fortalecer la sangre, el corazón y el sistema circulatorio. Pero no sólo es conocida y reconocida su faceta alimenticia, también se ha comprobado que las algas tienen efectos antibacteriales, antivirales y anticancerosos. Así mismo se ha descubierto que varios tipos de algas reducen los niveles de colesterol en la sangre, previniendo la hipertensión y arterioesclerosis mejorando el metabolismo de grasas. Además, diversas variedades de algas contienen anticoagulantes sanguíneos, similares a la heparina, el anticoagulante natural de la sangre.
La utilización de envolturas o baños con algas, aumenta considerablemente la concentración en principios activos a nivel de la epidermis. Los tratamientos con algas, general o local, revitaliza los tejidos, elimina el cansancio y el stress, suaviza y equilibra la piel.
Las sales marinas en suspensión, como el sodio o el cloro, junto con minerales como el yodo, presente en las algas y deficitario en el hombre, ejercen una función beneficiosa sobre el organismo al entrar en contacto con la epidermis. A través de ella, se incorpora a la sangre y al sistema linfático.
Talasoterapia
Desde tiempos muy remotos se tiene conocimiento del uso del agua del mar, como de otros componentes, en terapias curativas. Existen referencias del poder del clima y los lodos del Delta del Nilo en papiros egipcios. En la Antigua Grecia, se recomendó el uso de agua de mar caliente en forma de baños y cataplasmas como tratamiento a diferentes dolencias. Y es en la Roma Imperial cuando toma auge el tratamiento de agua de mar en un gran número de formas y aplicaciones, dentro de unos hábitos termales extendidos, que cayeron en desuso durante la oscura Edad Media.
Durante el siglo XVIII renace el interés por las propiedades curativas del agua del mar y se crean las bases de la moderna Talasoterapia: «Un proceso óptimo de relajación, descanso y puesta en forma».
Es un método terapéutico totalmente natural y respetuoso con el organismo humano. El tratamiento está basado en la utilización del medio marino (agua de mar, algas, clima, etc.). El agua de mar es recogida a más de mil metros de la orilla, depurada con Rayos Ultravioletas y esterilizándola para garantizar un perfecto mantenimiento y la total ausencia de gérmenes patógenos para su posterior uso en tratamientos terapéuticos. Se utiliza a una temperatura de 36º C (temperatura corporal), lo que permite una mejor absorción a través de la piel de los elementos contenidos en la misma, sales y minerales, beneficiosos y necesarios para la salud, que se pierden por las enfermedades, problemas o molestias en el organismo y por el trabajo diario.
Las aguas de Chipiona son agraciadas por un alto índice de yodo que les otorga unas facultades curativas conocidas desde hace más de cien años.
A finales del siglo XIX distintos médicos especialistas, entre ellos el Doctor Tolosa Latour, realizaron un estudio de las playas españolas con el fin de establecer los primeros sanatorios de España.
La playa de Regla de Chipiona fue preferida y destacada por la calidad de sus aguas y de su aire respecto a su orientación en relación a los vientos, instalándose allí el Primer Sanatorio Marítimo de España.